La belleza de lo natural

Beber una botella de nuestros vinos es beberse una parte del paisaje de la Ribera del Duero. Todo nuestro viñedo está certificado como ecológico. Nuestras prácticas culturales están encaminadas a fomentar y mantener la biodiversidad, trabajando con cuidado las tierras sobre las que se asientan nuestras cepas. Entendemos la viticultura y cuidamos la viña como un organismo más en nuestro rico ecosistema, manteniendo a lo largo del ciclo la cubierta natural del suelo y renunciando al empleo de insecticidas en el cuidado del cultivo. Es nuestra manera de proteger y enriquecer el origen de nuestro vino, su huella.
Todo gran vino tiene un origen concreto, preciso, un lugar verdaderamente especial donde nacer. Comenge es un pequeño y hermoso rincón de la genial Ribera del Duero.
La Ribera del Duero está sometida a un clima único en el mundo. Los largos y fríos inviernos hacen que el ciclo vegetativo de la vid sea más corto de lo habitual, un factor limitante en cuanto a la producción. Esta circunstancia supone un valor añadido para Bodegas Comenge, pues buscamos siempre la máxima calidad de la uva frente a grandes rendimientos.
La oscilación térmica es muy acusada: entre el verano y el invierno se pueden alcanzar máximas de 42º en la época estival y -20ºC durante los meses de letargo. Durante el periodo de maduración, esta diferencia térmica entre el día y la noche puede ser de hasta 20 grados. Un buen balance hídrico de la planta, unido al estrés que la cepa sufre en verano y a las oscilaciones térmicas previas a la vendimia favorece y acelera la acumulación de taninos y color en las uvas, ayudándonos a conseguir una perfecta maduración de las uvas.
La orografía es otra de las singularidades de esta zona que influye en cómo las condiciones climatológicas de cada añada afectan al viñedo. En la sección oeste donde se sitúa Bodegas Comenge encontramos gran variabilidad de terrenos que van desde los páramos, las cuestas, las laderas, las terrazas y campiñas, a lo que además es necesario sumar la orientación de las parcelas. Las 32 hectáreas de viñedo de Bodegas Comenge se sitúan en su mayor parte en las laderas de Curiel y Pesquera de Duero, entre los 780 y los 880 metros de altitud, constituyendo el mejor emplazamiento para el viñedo, debido a su buena capacidad para retener la escasa humedad del suelo y a su menor riesgo de sufrir las temidas heladas.
Otra característica singular de nuestros suelos de la Ribera del Duero es la gran heterogeneidad de materiales que lo componen. En una misma parcela, es fácil distinguir cuatro o cinco suelos diferentes: zonas con predominio de la caliza, lenguas arenosas, suelos de tonos grisáceos o suelos más rojizos. Esta diversidad de materiales se refleja en las características de las uvas, haciendo del conjunto un vino singular y único.